El problema financiero del club está patente y apunto de pasar factura, no solo en la imposibilidad de competir en el mercado por reforzar una plantilla debilitada, sino que incluso puede llegar a perder jugadores muy importantes, entre ellos varios titulares comunes en cada jornada, e incluso 2 capitanes del primer equipo.
A partir de enero los jugadores en su último año serán libres, tendrán la oportunidad de negociar su próximo contrato sin atenderse a las cadenas de la responsabilidad de mirar la mano que les da de comer. El primero de ellos es Morales, el comandante no mira otra alternativa que acabar su carrera en el equipo de su vida, será cuestión de tiempo que el comandante y el club acuerden la duración y condiciones para poder disfrutar del jugador emblema del club. A pesar de eso la realidad a día de hoy es que Morales no ha renovado, aunque tampoco parece que haya prisa pues la confianza en que acepte es máxima. Por parte de la directiva se espera que Morales acepte la bajada en su rendimiento y que acepte unas condiciones menos ventajosas a las anteriores.
Un jugador titular y capitán de la plantilla que acaba contrato a final de año es Postigo. Un jugador muy criticado por la afición en momentos, castigado por las lesiones con 32 años puede salir gratis del Levante después de 5 temporadas. La situación es una incógnita, difícil saber cuales son las predisposiciones de ambos bandos, solo que Postigo tiene el derecho a poder negociar libremente en apenas 3 semanas. El jugador está en un buen estado de forma, casi titular indiscutible, además el año hizo su mejor temporada personal cuando más falta hacía, hasta que Vezo evolucionó tras el confinamiento, el pilar que sostenía la defensa era Posti.
El último de los jugadores más habitual en el XI inicial que aguarda una oferta es Miramón. Firmó por 2 años y a sus 31 ya ha expresado públicamente su deseo de renovar con el equipo. La situación es parecida a la de Postigo, una incógnita más allá de las palabras que dijo en 20 de octubre dejando caer que le gustaría seguir viviendo en Valencia. Tendrá que ganarse su renovación en el campo, por ahora su rendimiento esta temporada no invita al optimismo. Hace poco salió el rumor del interés del Betis.
Por otro lado hay jugadores que tiene pie y medio fuera de las instalaciones de Bunyol. Duarte acaba contrato, se desconocen si hay movimientos pero el costarricense podrá negociar gratis a partir de enero. Tiene mala pinta, pocos minutos y menos rendimiento aún, su ficha no es baja y quizás el club se planteé sustituir esa masa salarial en alguien que dé mayor rendimiento a Paco. Luego está Doukouré, vino en la vuelta del club a primera sin llegar nunca a destacar. Tampoco tiene pinta de renovar, seguramente la relación con el Levante termine una vez consiga superar su grave lesión, lo justo para que pueda pasar la revisión médica de otro equipo.
Vamos a la polémica. El futuro de Rochina está a años luz de Orriols, quizás no tanto porqué suenan conversaciones con el equipo vecino de la ciudad. Parecía claro, ahora resulta un misterio saber la causa del divorcio entre jugador y directiva, a principio parecía que el único fleco abierto era la durabilidad del contrato, más tarde también se comentó que a lo mejor Rochina pedía cobrar como el que más de la plantilla. Por último está la joya de la cantera, Pepelu se fue cedido rechazando la oferta de renovación del Levante, tampoco aceptó que el Guaneares tuviera la oportunidad de pagar una cantidad para llevárselo. La esperanza de la cantera granota pide tiempo para aclarar su idea de futuro. El mensaje que da el club a la cantera es otro debate.
Más allá de estos jugadores, la renovación de Roger parece inminente. Todos están “felices” por los términos, lo más seguro es tener pistolero para muchos años, Roger se convertirá en un nuevo emblema para el club si se le trata como es debido. Habrá Roger hasta 2024.
